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COMO EL COACHING CAMBIÓ MI VIDA

Como el coaching cambió mi vida

Hace más de tres años me encontraba frente a la urgente necesidad de replantear mi vida profesional. Sentía que mis opciones laborales eran cada vez menos en relación a la formación académica por la cual había optado en mi licenciatura y maestría. Sin embargo, no se trataba de hacer una transición demasiado brusca, pues tampoco era conveniente tirar a la basura los conocimientos adquiridos, las habilidades desarrolladas y la experiencia laboral acumulada. Fue cuando comencé a investigar para conocer aquellas alternativas que en realidad eran viables para mi. Es así como encontré el coaching, o tal vez debería decir, fue así como el coaching me encontró a mi y cambió mi vida para siempre.

Lo que no estaba en mis cálculos era que unas semanas antes de viajar para iniciar el proceso de certificación como coach ejecutivo, mi vida personal iba a sufrir uno de los mayores y más dolorosos fracasos. El proyecto familiar y de pareja por el cual había trabajado por 21 años, llegaba irreversiblemente a su fin.

Debo confesar que nunca fui bueno lidiando con las crisis sentimentales, siempre me ganó el corazón y el deseo de preservar a toda costa el matrimonio y la noción de hogar. No estoy sugiriendo en absoluto que eso sea malo, pero en mi caso significó sacrificar muchas veces la razón y quedar vulnerable, desorientado y dependiente de la voluntad de otra persona.

"CON EL COACHING PUDE DARME CUENTA DE LAS CREENCIAS QUE LIMITABAN Y CONDICIONABAN MI FORMA DE VER EL MUNDO"

Fue en este contexto que comencé mi formación como coach. Por supuesto, el interés inicial de reinventarme profesionalmente había sido desplazado de un solo golpe por el torbellino personal que giraba en mi mente y la abrumadora tristeza que me provocaba. Había perdido el norte y la motivación que me impulsaba a convertirme en un profesional del coaching. No obstante, durante el proceso de certificación fui experimentando en primera persona los beneficios propios de esta poderosa disciplina práctica orientada al crecimiento y superación personal y/o profesional. Mediante la estimulación continua de la reflexión, el coaching fue despertando en mi un mayor nivel de conciencia, autoconocimiento, compromiso y responsabilidad respecto a varios aspectos fundamentales de mi vida: propósito, valores, creencias, recursos, herramientas, habilidades, entre otros. Muchos de ellos, aunque sabía que estaban en mi, no lograba reconocerlos con claridad……..peor aun, no lograba utilizarlos para mi beneficio.

Sin indicarme qué debía hacer con mi vida, a diferencia de otras profesiones, a través del coaching fui encontrando mis propias respuestas y soluciones. Por ejemplo, clarificar mi propósito de vida me permitió descubrir qué tan satisfecho estaba con ella y si las acciones que realizaba día a día se alineaban o no a dicho propósito. Al asumir plenamente que mi propósito de vida pasa por “contribuir activamente al crecimiento/desarrollo personal y profesional de otros/as”, pude entender porqué siempre me había gustado tanto la docencia y porqué me sentía realizado cada vez que estaba facilitando procesos de aprendizaje. A su vez me permitió comprender también porqué había optado por convertirme en coach, lo cual reforzó y dio mayor sentido a mi decisión. En la actualidad tengo la certeza de que la mejor versión de mi mismo aflora en cualquier situación o actividad que dé vida a mi propósito.

Con el coaching pude darme cuenta de las creencias que limitaban y condicionaban mi forma de ver el mundo y, en consecuencia, mi comportamiento. Para mi vida personal esto fue particularmente importante porque me ayudó a explicar la concepción que tenía del amor, el matrimonio, el hogar y los hijos. Lo anterior me sirvió para gestionar de mejor forma el proceso de separación familiar que estaba viviendo, pero sobretodo para replantearme algunas de esas creencias instaladas en mi cabeza y darme la oportunidad de descubrir y experimentar nuevas formas de ser feliz. Entendí que muchas veces me había aferrado a los deseos provenientes de mis creencias y no tanto a hechos objetivos que me sugerirían un cambio de rumbo. También accedí a un amplio inventario de recursos, herramientas y habilidades que había venido desarrollando a lo largo de mi vida y que estaban ahí, a mi disposición, listos para ser utilizados en función de la consecución de mis objetivos. El incremento de la conciencia y autoconocimiento me ayudaron, en definitiva, a darle mayor enfoque, motivación y estabilidad emocional a mi vida.

Pasados casi 4 años de haber incursionado en el mundo del coaching, puedo decir que esta profesión me permitió reinventarme en lo laboral para abrirme a nuevas opciones acordes con mi propósito de vida, pero más importante aún, me permitió desarrollar en un sentido integral una nueva forma de vivir la vida, una nueva forma de ver el mundo, una oportunidad para conocer personas especiales con quienes compartir sueños.

Carlos Arroyo